Article traduït al valencià per Gonzalo Pons Delgado en ESTE ENLLAÇ La accidentada topografía de nuestra ciudad, justifica la existencia de escaleras y rampas en nuestras calles, sobre todo en el centro, que está a los pies del Tossal y del Benacantil y en el resto, no nos olvidamos de la fabulosa Serra Grossa y colindantes, de las Lomas del Garbinet, del Faro, etc...
Y aunque las escaleras del instituto Jorge Juan son espectaculares, las del otro Jorge Juan (la calle) son históricas, salvan su desnivel con la plaza de Santa María, y la C/Villavieja. Y no siempre fueron así, seguramente en su día ni existiera escalera como tal, sino una simple rampa, pero vamos a centrarnos en el gran cambio que tuvo lugar en el siglo XX concretamente, en 1968, cuando el arquitecto municipal Miguel López González, y previo acuerdo con la Comisión de Fomento, redactó el proyecto de reforma, adoptando la solución de acortar su longitud desde los 35 m a los 19 m, manteniendo no obstante su anchura que se decidió no estrechar para no desplazar el eje visual con la puerta sur de la iglesia (entonces aún no era basílica) y consiguiendo un trazado más cómodo. Se presupuestó y adjudicó en 712.753,34 pts a D, Francisco Morote Forner. Se demolió lo existente y se sustituyó por materiales nobles (peldaños de piedra, pilastras monolíticas, barandilla de hierro, pavimento de cantos rodados, etc,etc...) pero vamos a la galería de fotos...
Eran unas escaleras bastante majestuosas, con gran desarrollo longitudinal con barandillas de piedra artificial con elaborados rosetones y pilastras intermedias. Un par de labradas farolas las iluminaban (en fotos siguientes se aprecia mejor).
Estado actual y comparativa señalando en rojo el antiguo perfil longitudinal de la escalera.
Plano de proyecto: en rojo se señala la escalera a demoler.
Plano de la escalera a eliminar. Los números son las entradas a las casas que se efectuaba por los rellanos. Como podemos apreciar, el tramo más bajo, tenía una pendiente más suave, los escalones eran más anchos. El plano es un fragmento del original y se ha resaltado en blanco la planta para mejorar su visión, porque dada la antigüedad del documento, la calidad de reproducción no era la óptima.
Detalle de la barandillas que se colocarían tanto en la plaza (con Jorge Juan y Villavieja) como en la propia escalera.
El edificio más afectado por el cambio de desarrollo de la escalera fue el nº 23 de la calle, que tuvo que bajar su puerta de acceso y añadir peldaños interiores para salvar la cota hasta la base de la propia caja de escalera del mismo. La planta baja quedó convertida en una entreplanta. Ya no se accedía por el rellano, sino por la acera de la calle.
En esta impresionante foto, vemos que antes de la balaustrada no había nada, un simple antepecho e igual ni existía la escalera. El enorme desagüe de la plaza (donde además bajaba por la C/del Instituto toda el agua de lluvia del Castillo y la Pza del Puente y aledaños) coincidía con la C/Niágara...
Aunque no dispongo de las fechas originales en que se hizo la balaustrada de rosetones (para podernos entender, era casi igual que la que corona la Casa Carbonell) supongo que sería de principios del siglo XX, quizás la primera década. Dos artísticas farolas iluminaban tanto la escalera como la plaza. Ministerio de Cultura.
En esta foto del Ministerio de Cultura, se aprecian mejor la farola superior y la barandilla de la C/Villavieja). Ojo al pavimento también desaparecido. En la imagen, la ruina de la balaustrada de la C/Villavieja es evidente, así que se decidió arreglarla igualmente, se adjudicó por un importe de 94.038,60 pts a D. Antonio García Miralles también en 1968.
Obra hermana aunque separada de ellas, fue el arreglo del deteriorado firme de la plaza y en marzo de 1971, antes de la Semana Santa, se adjudicó a Pastor Peris por un importe de 15.512,69 pts.
Estado actual de la barandilla y de la plaza.
Y al ser el edificio más afectado por el cambio de nivel al acortar la escalera, incluyo en este artículo al edificio de Jorge Juan 23, un magnífico ejemplo de arquitectura de principios del siglo XX, catalogado y del que solo se conserva su fachada porque se vació totalmente, hasta el punto que la cancela que cerraba como segunda puerta interior de acceso a la casa y que podemos ver en la última foto, también ha sido destruida. Está catalogado.
En definitiva dos cosas que objetar: la desaparición de la balaustrada modernista que quizás en otras ciudades hubieran reconstruido, dejando la escalera con su trazado original y también la desaparición del edificio del nº 25, que como vemos en las instantáneas antiguas, también era digno de conservar pero que ha sido sustituido por un anodino edifico blanco, sin personalidad alguna.
Pero hace relativamente poco, se volvió a reformar todo, aunque la actuación en la escalera se limitó al cambio de barandilla por otra bastante más gruesa, de metal y madera, con pasamanos interior de acero inoxidable. En esta ocasión el gran cambio tuvo lugar en la propia plaza y su acceso por Villavieja, creando unas escaleras y cambiando todo el pavimento, dejándolo lisito y reluciente. una pena no haber recuperado el de cantos rodados original combinado con franjas de piedra, luego vamos a Sevilla por ejemplo, y nos admiramos de que allí sea todo "más histórico".
Y claro, música que no falte y "Stairway to Heaven" (Escalera hacia el cielo) exitazo de Led Zeppelin envuelto en polémicas de plagio y también de supuestas connotaciones satánicas y yo que sé. Compuesta por Jimmy Page y Robert Plant sigue siendo una composición muy valorada y admirada a pesar de los lustros...