Los llamados
Edificios Primavera, son ocho bloques situados entre medianeras en las manzanas
limitadas por las calles Periodista Rodolfo de Salazar, Alonso Cano, Rodrigo
Caro, Finestrat, Giner de los Ríos, Ricardo Oliver Fo y Marta Barrié. Los
denominados D,E,F,G y H, fueron diseñados entre 1972 y 1978 por el llamado
"Equipo 70. Taller de Arquitectura", a la cabeza de cuyos miembros
figuraba el reputado arquitecto José Luis Fernández del Amo (1914-1995, t.
1942) y cuya dirección de obra a partir de 1975 asumiría su hijo, el también
arquitecto Rafael Fernández del Amo, encargado desde la fecha del desarrollo de
los abundantes proyectos que el estudio llevaba a cabo en las provincias de
Alicante y Murcia, mientras que los primeros en levantarse, los A,B y C
estuvieron a cargo de Juan Antonio García Solera y otros.
Promovidos por
Iberhogar, S.A., se trata de unos edificios que deben ajustarse a unos solares
complicados, cuyos testeros no se disponen paralelos o perpendiculares a las
manzanas que los acogen. Es por ello que se generan plantas triangulares o
trapezoidales en el caso de los edificios recayentes a la calle Ricardo Oliver
Fo, más condicionados por las alineaciones aunque con fachadas en dientes de
sierra que buscan conjugar el máximo aprovechamiento para la distribución
interior con la mejor orientación posible de las piezas. En la manzana que
delimitan las calles Primavera y Periodista Rodolfo de Salazar se encajan dos
bloques en edificación abierta, en disposición oblicua, generando reducidos
espacios ajardinados donde se sitúan los accesos peatonales. Estos dos
edificios presentan volúmenes más convencionales, prismáticos, constando el
recayente a la Avenida Rodolfo de Salazar de mayor número de plantas, sin duda buscando
el máximo aprovechamiento permitido por la normativa municipal.
El juego de volúmenes y colores
define el alzado de los edificios, el ritmo de entrantes y salientes ciegos,
con huecos, con terrazas, con lamas que enfatizan la verticalidad, en variados
tonos de rojo, ocre, marrón, permiten dotar a los bloques de cierta
singularidad en relación a las construcciones de su entorno. A ello contribuyen
también como hemos apuntado las zonas verdes insertas en los huecos que los propios edificios dejan en la
manzana, las plantas bajas diáfanas y sus cerramientos perimetrales, que
consiguen una cierta intimidad con respecto a la vía pública y un desahogo muy
valorado en una trama de tanta densidad edilicia. Los grandes patios interiores
con tratamiento de fachada figuran en casi todos ellos.
Diversas vistas de los distintos bloques. Fotografías de J.D. Navarro.
Vista de los edificios Primavera B y C que no fueron proyectados por J.L.Fernández del Amo. Fotografía de J.D.Navarro.
El edificio de máyor tamaño fue éste: el H, que es el único que ocupa una manzana completa. Fotos de J.D.Navarro.
Edificios F y G de la C/Ricardo Oliver Fo, quizás los más "dinámicos" por su difícil solar triangular en el que el arquitecto logró que todas las viviendas tuvieran un gran número de piezas a la calle y creando en sus plantas bajas unos espacios ajardinados de gran calidad. Fotos de J.D.Navarro.
El llamado "Equipo 70. Taller de Arquitectura" se había formado en el año 1970 con los arquitectos Juan Laguna, Antonio Vélez, Alfonso Iglesias y Jorge Tersse, entre otros colaboradores, al frente de los cuales estaba, como ya hemos dicho, José Luis Fernández del Amo. Este arquitecto, titulado en 1942 por la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, contaba con un extenso bagaje profesional y académico a sus espaldas, primero como arquitecto de Regiones Devastadas, y, desde 1947 hasta 1967, en el Instituto Nacional de Colonización, donde llevó a cabo sus más conocidas creaciones en los doce poblados de nueva planta que planificó para las recién parceladas zonas de regadío del interior peninsular, dos de los cuales, incluidos en el prestigioso catálogo DOCOMOMO Ibérico, se encuentran en nuestra provincia (San Isidro, 1953 y El Realengo, 1957). En ellos supo conjugar la arquitectura popular con las directrices del movimiento moderno, creando viviendas sencillas, funcionales, de programas y calidades ajustados a la realidad, experimentando además con diversos planeamientos urbanísticos. Hasta el más mínimo detalle era tenido en cuenta a la hora de diseñar los espacios comunitarios de los pueblos. Fernández del Amo, interesado, conocedor y entusiasta del Arte Contemporáneo (llegó a ser director del Museo Español de Arte Contemporáneo entre 1952 y 1959), aplicó sus ideas estéticas en dichos espacios de socialización y especialmente en los templos, donde contó con la colaboración de artistas que realizaron fundamentalmente obras no figurativas en diversas técnicas (murales, escultura, forja, cerámica, mosaico...). Entre los más cercanos geográficamente, Adrián Carrillo, Manuel Baeza, Antonio Hernández Carpe o el recientemente desaparecido Arcadi Blasco. Su "Planificación de Agrupaciones Urbanas" fue reconocida en la VI Bienal de Sao Paulo de 1961 con la medalla de oro en Arquitectura. También desarrolló otras facetas: participó en numerosos ciclos de conferencias en España, Europa e Iberoamérica, colaboró en numerosas publicaciones y fue Catedrático en la facultad de Arquitectura de Madrid haciéndose cargo de la asignatura de Proyectos I. Desde 1967 hasta bien entrados los años 80 se dedicó al ejercicio libre de la profesión, recibiendo numerosas menciones, galardones e invitaciones a congresos para exponer sus trabajos.
Como se ve en los planos de la promoción de ventas, las viviendas son muy compactas, evitando tener largos pasillos y en estos casos concretos el paso a la zona de noche se hace o bien a través del salón o de la cocina, creado una doble circulación.
Mediante esta plantilla, se le daba al comprador la posibilidad de recortar los muebles de su futuro piso, para ir amueblándolo sobre plano y así distribuir mejor el espacio.
Plano general con la ubicación de los edificios. Los terrenos pertenecían a varios propietarios que tenían allí sus casas y huertos y que fueron vendidos a la promotora. Según nos cuenta Vicente García Blay (cuya familia es residente en el barrio desde hace varias generaciones), los huertos "Del Loro", de "Bienve", de Rosa, la "finca de Cojo" o la de la "Floristería Tina" ocupaban un entorno semi rural pero muy cercano al centro y con buenas comunicaciones por el servicio del vecino tranvia nº2 que pasaba muy cerca. La disposición parcelaria, en diagonal a la prolongación de las calles proyectadas es lo que supuso la irregularidad de los solares surgidos. Las grandes vías proyectadas en el anterior PGOU y que fueron anuladas en el actualmente vigente, hizo que los edificios E y D tuvieran más plantas de las que hoy en día se permitirían.
Únicamente los edificios E,D y H disponen de una planta para aparcamientos si bien en los dos primeros está en semisótano y en el último en sótano, teniendo en todos los casos planta baja diáfana.
De todas formas hay que decir, que el estudio de José Luis Fernández del Amo además de estos cinco edificios, proyectó otro en Benalúa, en la C/Los Doscientos, del que hablaremos en otro artículo.
Y es inevitable: Yuri (Yuridia para los amigos) nos canta una canción un poco más moderna que estos edificios (solo un par de años) La madita primavera .
Texto sobre J. Luis Fernández del Amo y explicación inicial de los edificios de
José Daniel Navarro.
Las mejores fotos son también suyas.
Los pies de foto, las dos últimas imágenes y los planos e imágenes de la venta de viviendas son de Paco.