Para un ferviente lector del libro más leído en la historia de la humanidad, es decir la Biblia, eso podría parecer el brote de agua en el muro del Raval Roig, el milagro de Moisés cuando lleva al pueblo israelí por el desierto y se queda sin agua, pues nada, él golpea la roca dos veces y se produce el milagro: ¡el agua brota!. Pero el caso que nos ocupa, poco tiene de milagroso, de hecho es algo repetitivo en el tiempo, porque desde que tengo memoria, asocio ese muro y sus preciosas rocas, a escapes misteriosos de aguas, de hecho hasta pienso que el verdadero milagro de la zona son los fabulosos ficus de caprichosas raices que trepan por encima de la piedra buscando como desarrollarse y ese hálito de vida que les da el agua que desde siempre se ha escapado desde el alcantarillado de Virgen del Socorro y que les confiere ese aspecto especial tal y como se vé en ESTE ARTÍCULO que publiqué hace un tiempo . Desde siempre ha habido filtraciones de agua, hasta hace unos pocos años, en que dejó de hacerlo porque se repararon las tuberías. Pero hace un par de días, la "tradición" ha vuelto y lo ha hecho en el lado más inoportuno: el rellano de la escalera que salva el gran desnivel que hay entre las dos calles contiguas, de tal forma que el recientemente inaugurado ascensor toma aún más sentido que nunca: además de para las personas con movilidad reducida o para quienes llevan carrito de niños o están cansados, sirve también para aquellos que llevando chanclas playeras, no quieran enfangarse los pies en semejante caldo.
Para la música he pensado en un grupo cuyo nombre tiene relación con el tema, por la vecindad y utilidad manifiesta del recién inaugurado ascensor: Un pingüino en mi ascensor , pero encima es que nos cantan una canción versión de otra muy famosa y que se llama "Qué hay en mi pis" y que supongo que será un componente (el pipí) de estas "milagrosas" aguas...