Son parte fundamental de nuestra existencia, a ellas les debemos nuestro bienestar, a ellas acudimos cuando tenemos algún mal, necesitamos una fórmula magistral o queremos una crema bronceadora (por ejemplo). La mayoría están ahí desde hace muchos años, actualmente heredadas por hijos, nietos o parientes próximos, otras vendidas a nuevos profesionales y algunas desaparecidas por completo trasladándose a otras ubicaciones que desconozco.
Además del propio historial farmacéutico de todas ellas, mi intención es resaltar su papel en la escena urbana de nuestra ciudad, testigo de muchos cambios en el entorno, en las edificaciones y como no, también en los usos y costumbres en el devenir de los años.
Y vamos a ver algunas de ellas (hay muchas más que ya veremos en otra ocasión):
La farmacia Trives de la C/Calderón de la Barca 8, junto a una concurrida esquina frente al Mercado Central, tuvo su primera licencia en 1939 a nombre de Eduardo Trives García. Actualmente un descendiente suyo ostenta la titularidad (y además hay un reguero de farmacias Trives por toda la ciudad).
Un caso bien curioso de dos farmacias contiguas, pared con pared, una en la C/San Francisco 67 y la otra en la Pza Calvo Sotelo 1 que es la que volvió a su emplazamiento en 1979 cuando ambos edificios se demolieron para edificar los actuales.
La histórica farmacia de Jaime Luna, desapareció no hace muchos años y con ella la penúltima decoración decimonónica de fachada de madera que tan de moda estuvo a principios del siglo XX. Todos creímos que cuando se estaba reformando el local, se iba a conservar, pero no: se destruyó todo, la fachada y el recargado interior para poner una lujosa tienda de diseño, ahora es una inmobiliaria enfocada al público extranjero.
El moderno local de gresite azul, pavimento de mármol a rayas blancas y negras y unos mostradores de diseño Ye-yé (bueno) con tapa de cristal de la farmacia para la que su titular Álvaro Campos Graciani pidió licencia en1959 en la C/Altamira 10, ha estado cerrado muchos años, hasta que por cuestiones que no nos competen, se decidió el arreglo de toda la planta baja del edificio y en esa esquina se puso un pequeño "bar gourmet" que ahora mismo, ha desaparecido, porque (continua)...
...porque se le va a elevar una planta al edificio para convertirlo en un hotel de cuatro estrellas. No es la primera vez que se habla de elevar plantas al edificio, porque (continua). ..
...en 1956, el arquitecto Francisco Muñoz Llorens, fue requerido por el propietario de la finca, D. Francisco Espí Llinares para derribar el ático existente y levantar un piso y ático nuevos. Problemas con los inquilinos del edificio hizo imposible tal ampliación, así que el Sr. Espí solo reconstruyó el ático, convirtiéndolo en el piso sobre elevado que hoy tiene la casa y que seguramente se va a derribar otra vez para hacer lo mismo que en 1956: levantar dos pisos.
La farmacia del reputado farmacéutico, biólogo y profesor del Instituto Jorge Juan, Abelardo Rigual Magallón tuvo su primer establecimiento en los pabellones para viviendas de funcionarios del Ayuntamiento de Alicante, en la C/Italia junto a la Estación de Autobuses desde 1954. Hoy la farmacia regentada por un hijo suyo, está justo enfrente, el el nº 23.
Para mí, hablar de la Farmacia Lloret es acudir sin duda al fabuloso mural de la fachada de la C/Quintana 72 instalado en la decoración de 1968 del nuevo establecimiento por Juan Guardiola Gaya, autor también del edificio en que está, en General Marvá 10, aunque su primera ubicación estuvo en Quintana 43 para la que su titular Tomás Lloret Conca, pidió licencia en 1958.
Mis agradecimientos a Francisco González por sus fotos, a Alicante Plaza por la infografía del hotel y al Archivo Municipal de Alicante por el plano. Ignoro los autores de las demás fotos antiguas, si lo eres tú o sabes quién lo fue, escribe por favor al correo de blog que figura en la columna de la derecha y subsanamos los datos.
Yen 1968 Barry Ryan lanzó una canción escrita por su hermano gemelo Paul Ryan: "Eloise" éxito mundial que contó con unos arreglos y orquestaciones espectaculares. Veinte años más tarde, Tino Casal elaboró una versión muy celebrada y todo un icono del pop en nuestro país.