jueves, 5 de diciembre de 2013

EL "NÉCTAR" DE LOS FICUS DE EL POSTIGUET

Hace más de 4 años y medio que traté sobre los ficus de El Postiguet  aunque entonces había otros motivos para hablar de ellos (si lo quieres ver, pulsa AQUÍ ). Son esos magníficos árboles que viven y crecen en una estrecha franja de terreno entre el muro de contención de la calle Virgen del Socorro y la calzada de Juan Bautista Lafora pero casi sin tierra donde echar raices, es todo roca, son las estribaciones de nuestro querido Benacantil que llegaban prácticamente hasta la playa. El resultado es que las atormentadas raices reptan por la piedra en un intento desesperado por afianzarse y buscar el agua que les permita sobrevivir e incluso y al contrario que ocurre en otros árboles de otras plazas o paseos, superan en grosor y envergadura al propio tronco. Y ahí es donde voy a parar, porque en esa alimentación han tenido mucha, muchísima importancia los escapes de agua del alcantarillado de la calle superior (sin descartar algún pequeño nacimiento natural que pueda haber) que durante muchos años en mayor o menor grado (véase la foto de 1967 y también este artículo )  han alimentado durante muchos años a esos monumentos vegetales constituyendo su "néctar".
Los cuatro ficus antes de la poda de noviembre.



La "alimentación" en curso.

Fotografías de época donde se puede ver que los ficus no existen. Podríamos decir que son de posguerra, aunque hay voces que dicen que se plantaron cuando se inauguró el túnel del Castillo.
En esta foto de 1967 se puede ver al lado de la camioneta roja otro de los escapes crónicos del alcantarillado superior. Fotografía cortesía de Jaime Reig Lizán.


Parte del imponente sistema radicular superficial de los ficus. Una vista de antes y después de las drásticas podas a los que son sometidos. La última a principios de noviembre de 2013.
Pues eso es lo que necesitan todos los árboles...


4 comentarios:

  1. Muy interesante, sobre todo por las fotos antíguas, parece mentira que en un terreno tan pequeño estén estos árboles que rivalizan en raices con los de Canalejas.

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    1. Pues sí, a veces la naturaleza tiene sus misterios (que siguen su lógica pero que no acabamos de comprender).

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  2. Nostálgico, interesante y magnífico artículo, amigo EKK. Yo solo lo viví desde el 78, y de muy cerca, cuando llegué a esta bendita tierra, pero siempre me fijé e intenté explicárselo a mi hijo entonces. Las raices eran de película de miedo. Ahora, pasar por allí es echar, siempre, una lágrima oculta. Ah, el Mendes, como siempre ... un 10.

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    1. Muchas gracias Enrique. la verdad es que según cuentas, has vivido siempre en sitios magníficos (o por lo menos con unas vistas envidiables).

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