"MIS" MIGUEL RÍOS EN ALICANTE

Parece mentira que con lo que a mí me gusta la música y ¡lo poco "fan" que he sido en general de los grupos y cantantes!. Poco o nada. Recuerdo perfectamente como la gente se compraba los discos de los Beatles, nada más salir, sin siquiera oirlos, cuando los ponían en Sellés en el escaparate, volaban. Por eso no he entendido nunca las colas que hacían para comprar entradas de recitales de cantantes o de grupos, horas y horas para conseguirlas y luego horas y horas para coger el mejor sitio antes de la actuación propiamente dicha, en la Plaza de Toros o en el Gallo Rojo. O los viajes a otras ciudades siguiendo al ídolo. Claro, lo de las entradas hoy en día ya no es problema, se compran todas por internet o en los puntos de venta autorizados, pero en aquél entonces no, había que pasar por taquilla.

Así que seguramente o no estaría el aforo completo, o actuaría varias veces o solamente tuve suerte porque en mi mente no estuvo hacer ni un minuto de cola y recuerdo mi primer recital de Miguel Ríos como memorable, a pesar de que han pasado ¡40 años!. El día 18 de febrero de 1972 actuó en el Teatro Principal con su Concierto de Rock y Amor. Yo ya había estado varias veces en el Teatro con mi padre viendo alguna elección de la Bellea del Foc o cosas de esas, pero éste fue uno de mis primeros recitales "modernos" en el recinto. El verano anterior ya había estado en la Plaza de Toros viendo a varios grupos y claro: la diferencia fue abismal, el local, el sonido, la comodidad, todo fue grandioso y como tal lo recuerdo. Y conservo el programa del concierto, que os reproduzco:

El Río.

Vuelvo a Granada.

No sabes como sufrí

Yo solo soy un hombre.

Himno a la alegría.

Pero no, no fue el único recital de Miguel Ríos que vi en Alicante, porque resulta que muchos años más tarde, concretamente el 3 de octubre de 1998 volvió  a actuar en nuestra ciudad con motivo de la inauguración del aparcamiento de Alfonso el Sabio. La empresa concesionaria, organizó muchos actos festivos durante todo el día para pequeños y mayores y ya por la noche, en la confluencia de la C/Calderón de la Barca y sobre un gigantesco escenario al aire libre, actuó Miguel Ríos.



Bueno, en el recorte también se nombran otros actos en otras ciudades.

Esta vez fue distinto, no tan íntimo como la primera vez, tuvimos que estar de pie, apretujaos, pero igual de gratificante. Digamos que por motivos particulares, esa salida a ver al rockero granadino fue casi lo mejor del año y sirvió para dejar atrás recuerdos y sucesos muy desagradables que habían tenido lugar pocos meses atrás. Además la compañía también ayudó mucho.