Lo que no debe permitirse (1)

Un pequeño paseo con cosas que hay que solucionar:

Primero pasamos por el antiguo Hotel Palas, propiedad de la Cámara de Comercio y que está a punto de caramelo para ser inaugurado el próximo mes de septiembre, después de un largo (y polémico) periodo de rehabilitación de las fachadas y vaciado interior incluída la desaparición de la escalera imperial, que se había recomendado para su conservación. Como es lógico, hay que urbanizar el entorno y se están haciendo las aceras. Y los bordillos. Con el resultado de lo que ven en la fotografía: los bordes de las piezas pétreas están sin matar y si se dejan así, quedarán como un afilado cuchillo peligroso para las personas, porque cualquier caida sobre ellos, hará que el golpe pueda ser fatal. Y también para las ruedas de los vehículos que osen rozarlos.

 

 Últimamente, en los diversos comentarios de la prensa local, se ha venido hablando de la voluntad (más o menos firme) del Ayuntamiento de adecentar la ciudad. Una ciudad que ha estado muy abandonada por el mismo Ayuntamiento de Luis Díaz Alperi y que su sucesora al parecer tiene intención de que el asunto cambie. Pero yo siempre digo, que además de lo que el propio Ayuntamiento pueda hacer, también están lo que los particulares deben de hacer con sus propiedades, porque están obligados a tenerlas en buen estado y limpias, cosa que no sucede en muchos casos. Paseando por la Rambla, hemos encontrado estos ejemplos:

 

Rambla 2 esquina a San Fernando: la puerta del Restaurante Polidoro, tiene esta capa de grasa, que evidentemente ha sido provocada por el propio local o sus clientes.

 

Rambla esquina Altamira: local de la Caixa. Los escaparates tienen más suciedad que el palo de un gallinero. No es de un día ni de dos. Ni hay una obra cercana.

  

  

Rambla 14, esquina a Miguel Soler y Rambla 26 esquina a San Isidro. Los locales llevan un tiempo sin alquilar y así tienen las fachadas.

 

Toda la Rambla en general: una nube de chicles embadurna el suelo. Una de dos: si Inusa tiene obligación de quitarlos ¿porqué el Ayuntamiento no les obliga?. La otra opción es que no esté contratado el servicio y una posible solución es crear los puestos de trabajo (que los juzgados dicen que los ayuntamientos no crean) para los condenados a trabajos sociales. Una persona con una espátula larga quitándolos y otra detrás barriendo y en un día, dejan la Rambla como una patena. Y así las demás calles.

Y como sugerencia de Arturo Moreno, vamos a ponerle música al asunto (así nos cabrearemos un poco menos). Y como bien dijo él, La escoba de Los Sirex, aunque el archivo está equivocado y pone Los Brincos, pero no, esta canción es del grupo catalán Los Sirex.