Article traduït al valencià per Gonzalo Pons Delgado en ESTE ENLLAÇ
En esta ocasión han sido dos los edificios salvados de un posible derribo: el de la C/Castaños 45 donde estaba el despacho al público del reputado establecimiento y el de Bazán 50 cuya planta baja estaba conectada con la anterior y donde estaba el obrador y almacén. Y todo propiedad de José Seguí Pastor que además de un afamado industrial pastelero era también un empresario inmobiliario y que tenía los dos edificios ocupados por viviendas de alquiler (y no eran los únicos).
Fundada en 1925, la pastelería estuvo activa hasta diciembre de 2007 en que cerró. Legendarios eran sus pasteles, su horchata y su huevo hilado. La fachada que supongo que se reformaría en los años 40 y aunque según fuentes consultadas no lo recuerdan, a mí me parece que era de cristal verde con zócalo y recercados de mármol negro y el escudo con el nombre del propietario sobre el acceso a las viviendas. Formaba parte de esas fachadas art-decó alicantinas como por ejemplo la de la Fotografía Sánchez de la C/Mayor o la de bolsos Nuria de la Rambla.
Después de quedarse libre de inquilinos, ambos edificios se han reformado, reforzado y añadido un ático, instalado ascensor y todos los adelantos de hoy en día (ha quedado antigua esta frase, pero vaya...). Posiblemente son 11 apartamentos turísticos a añadir a la fiebre por estos alojamientos que se está desatando en la ciudad y con la que muchos no están de acuerdo. Pero bueno, por lo menos se ha conseguido frenar bastantes derribos de edificios como en este caso, de los años 30. Nos consolaremos pensando que si algún día se acaba el negocio del turismo, serán habitados por gente que viva todo el año Y vamos a verlos:
Así ha quedado la fachada de la C/Castaños. Como en el anterior artículo de la C/BELANDO18 (pinchad sobre el nombre si queréis verlo) no se ha conservado el estucado original que estaba en buen estado en su mayor parte.
Justo antes de la rehabilitación así estaba la fachada.
Y así estaba la opuesta: la de la C/Bazán 50. Con unos miradores añadidos posteriormente a su edificación, posiblemente a finales de los años 40. Ambas casas, aunque con la planta baja comunicada, tenían acceso a los pisos superiores con dos escaleras independientes.
Plano de Juan Vidal Ramos de aumento de piso y ático (al que del arquitecto define como "piso interior") a la parte de Castaños en 1932 y de piso a la casa de la C/Bazán de Francisco Fajardo en 1935 respectivamente. A.M.A.
En numerosas ocasiones, el Sr Seguí amplió y modernizó la maquinaria para la pastelería y debía pedir permiso para ello. Curiosamente en esta instancia de 1947, se relata como fue requerido para que se presentara en el Ayuntamiento en para explicar quién le dio la licencia de apertura del negocio a lo que él dijo que no poseía documento alguno del asunto y que funcionaba desde mucho antes del "Glorioso Movimiento Nacional" y que después de la "Liberación" efectuó obras de ampliación y reforma por lo que solicitaba licencia para tres electromotores (leed la instancia para mejor transcripción). También figura en el expediente, una queja de una inquilina que vivía sobre el obrador por ruido de la maquinaria por lo que el Ayuntamiento obligó a la industria a apagar 2 de los 3 motores durante la noche. A.M.A.
Plano de la tienda y maquinaria instalada en 1960. A.M.A.
Las fachadas con las mallas de protección durante las obras.
Escalera de acceso a las viviendas de la C/Castaños.
Detalles de las molduras perimetrales y de la tienda durante las obras.
Pintores en acción.
Detalle de la cornisa de la fachada de la C/Castaños muy habitual en las obras de Juan Vidal Ramos de la época.
Conexión al alcantarillado de la C/Bazán de la finca.
Fachada resultante de la C/Bazán 50. Los miradores fueron añadidos a la construcción original años después. Curiosamente han dejado abollada la jardinera del primer piso. Detalle vintage.
Escudo de la firma, que antes estaba situado sobre la puerta de entrada de la C/Castaños y ahora figura en un zaguán de otro edificio de la familia. Restaurado y con luz, pero girado 36º hacia la izquierda respecto de su posición original.
Mis agradecimientos al Archivo Municipal del Ayuntamiento de Alicante.
Y aunque también vendían empanadillas y coca de molletes, el principal reclamo de Seguí, eran las elaboraciones dulces y por eso par aponer música al artículo, recurro a The Rubettes y su famosa "Sugar baby love" canción que este grupo inglés grabó en en 1973 y que compusieron Wayne Bickerton y Tony Waddington.
Amic Alacantí, ya sabes que soy hijo de un alacantí de coratje. Mi padre era muy amigo del dueño de la pastelería Seguí y tanto mi hermano como yo, amigos de los hijos. Para mi una familia de muy buena gente. Sobre lo que elaboraban: las milhojas....¡impresionantes!. no cabían en la boca de una sola vez. Las "tetas de monja", pasteles de merengue rematados por una cereza en alcohol. Los churruscos, pasteles típicos de antes de la llegada de los pasteles afrancesados. De almendra tostada. Estupendos para mojar en la leche preparada, que no horchata, que vendían allí mismo. También unos churros de pasta y crema emborrachados en almíbar con algo más que le daba un toque lejano a licor. Empanadillas, coca de molletes, etc. Eso junto a la nombrada leche preparada, todo un lujo de desayuno para los empleados del extinto Banco de Alicante. En Todos los Santos, huesos de santo, panillets de piñones, etc. Como siempre un lujo leer tus trabajos. Un abrazo, amic.
ResponderEliminarEusebiet d´Alacant.
Cada vez que leo el comentario para responderte, tengo que ir a la nevera y luego ya se me olvida jaja
Eliminar!!Ay¡¡ tocayo del alma, las milhojas de Seguí que recuerdos de ese Alacant perdido.
ResponderEliminararturo moreno
Como dice Eusebiet: "antes de la llegada de los pasteles afrancesados" jeje
EliminarAmigo Arturo Moreno, un día nos deberiamos juntar con el Alacanti de Profit y hacer un recorrido gastronómico-alicantino-festivo por hornos, bares y rincones tipicamente alicantinos y dar cuenta en su blog. Empanadillas, horchatas, etc de las dr siempre. Ahí lo dejo
ResponderEliminarEusebiet Arturo
Mi abuelo y mis tíos trabajaban en la zapatería de al lado, Calzados Gilabert, así que pasé mi infancia merodeando la Confitería Segui. Daría mi reino por probar nuevamente esos tocinos de cielo y esos pasteles de yema tostada de tres colores. Insuperables
ResponderEliminarme conformo con recordar aquellos magníficos pasteles que se elaboraban en el establecimiento al cual nos remites.
ResponderEliminarTodo un honor ser parte de la rehabilitación de este edificio, como ingeniero firmante del proyecto de telecomunicaciones del mismo. Me hace mucha ilusión hacer proyectos cerca de casa, y este fue sin duda uno de ellos. La de veces que he ido a Seguí a comprar roscones de reyes o pasteles ...
ResponderEliminarLa famosa "polka", esa obra de arte que en la base era una tartaleta hojaldrada de crema pastelera y merengue y la estructura acampanada que emergía de la base hecha de petisus bañados en caramelo y rellenos de crema pastelera, y pegotes de merengue de manga pastelera por su estructura.
ResponderEliminarNo he vuelto a ver ni a probar cosa igual.
Eran los confiteros del Cielo, nunca te empachabas con nada de lo que hacían.
Unas colas que recuerdo que en Navidad daban la vuelta entera a la manzana con sus mantecados y nevaditos.
Espero que el libro de recetas esté a buen recaudo y alguno de sus hijos o ex-empleados quieran retomar tal maravilla.
Nací calle Castaños 41 muy cerca de Seguí donde mi infancia se desarrollo con una cuenta en la confitería que la Santa de mi madre pago durante años con la paga extraordinaria de mi padre. Conocí y conozco a todas las dependientas que durante años me atendieron. Pedía 2 medias docenas de pasteles en dos bandejas una me la comía antes de subir a casa y la otra con la maravillosa madre que tuve. Gracias señor Seguí donde estés!! Hiciste de mi infancia y adolescencia la felicidad conjunto a mi familia. Y al gran equipo que tuviste también eran ángeles.
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