Por los menos en lo que yo conozco, la Puerta del Mar, siempre ha sido una plaza no muy identificada con su propio nombre en esta ciudad. Primero porque creo que no se ha tenido consciencia de que fuera ni siquiera una plaza ya que es un gran espacio, rodeado de multitud de símbolos muy conocidos por todos los alicantinos a los que hemos hecho referencia para referirnos al lugar: La Explanada, la Casa Carbonell, el Hotel Palas, la Comandancia de Marina, la Tómbola, la entrada al Puerto o El Postiguet y ya últimamente y muy a pesar de muchos de nosotros: el Hotel Meliá.
La antigua Puerta del Mar
El Monumento a los Mártires de la libertad. Desaparecido.
La plaza en 1959 con los elementos reconocibles pasados y actuales. El tren pasando hacia la estación de Murcia o la de Madrid. La plaza del Ayuntamiento aún no está acabada.
Pues bien, nos falta uno: y es la fuente luminosa que actualmente existe en su centro. Proyectada y construida por Carles Buigas, el mismo que hizo la Font Màgica de Montjuic de Barcelona, se inauguró en 1960, es decir un año después del nuevo pavimento de la Explanada. Al principio, estuvo en el centro del adoquinado de la plaza hasta 7 años después, en que se hizo la primera gran remodelación de la zona: desaparición de la estación de clasificación de mercancías que había paralela a El Postiguet (de la que lo separaba elpaseo de Gómiz), del apeadero de FEVE y construyéndose la actual avda de Juan Bautista Lafora, con tres carriles en cada sentido. Al llegar a la Puerta del mar, sendas isletas ajardinadas distribuian el tráfico y en una de ellas quedó integrada la fuente. Con sus 13 chorros: 12 perimetrales y uno central de mayor altura. Luz blanca que caía en forma de agua en cascada sobre sus vasos superior e inferior de color cemento. La forma del agua, era lo que daba cuerpo a la propia fuente.
Las autoridades enseñando a Carmen Polo, el increíble pavimento de la Explanada.
La fuente en sus primeros años.
Integrada en las isletas ajardinadas.
Uno de los símbolos alicantinos por excelencia, la Comandancia de Marina, desaparece en una noche. Delante, la fuente apagada, parece mostrar su tristeza.
Años después, se procedió a una reforma y rehabilitación: se pintó de blanco, se le añadieron chorritos extra tanto en el vaso superior como en el inferior y luces de colores. Tal como la conocemos ahora, aunque los antiguos chorros no se elevan tanto como antes...
La fuente en un día de limpieza: se observa los añadidos posteriores.
La fuente funcionando: como se puede apreciar, la diferencia de altura entre los chorros centrales primitivos y los actuales, es notable.
Hay música, por supuesto y es un antiguo bolero que dice"Dicen que la distancia es el olvido, pero yo no concibo esa razón...", me refiero concretamente a
"La barca" , que aquí traigo en la versión del sin par Luis Miguel (aunque prefiero la de Antonio Prieto). Como siempre: para oirla se pincha en el título ¡y listos!.
Las fotos superiores están extraidas de Alicante Vivo.