jueves, 15 de octubre de 2015

VIVIENDO BAJO EL AGUA...

...aunque sin mojarse y no, no estoy hablando de anfibios, ni siquiera de personas con botellas de oxígeno ni ningún artilugio de esos, sino de gente que vive permanentemente o no (caso hoteles, por ejemplo) bajo una masa de agua como la que tiene una piscina. En todos los casos se trata de edificios en la ciudad de Alicante, en el casco consolidado y dentro de la enorme cantidad de piscinas repartidas por toda la ciudad, nos fijaremos en éstas: las que están construidas sobre piezas habitables. Un debate entre los que piensan que es un privilegio vivir en pleno centro y poder subir a echarse un chapuzón cuando el calor aprieta y los que imaginan que cualquier día se les va a caer en plena cocorota, que eso pesa mucho. Y vamos a ver unas cuantas (hay más que quizás veamos en otro artículo).
 Quizás estas piscinas y su vecina (ver bajo) sean las más famosas de la ciudad. Están situadas en el Raval Roig, en la C/Virgen del Socorro y son muy conocidas porque son visibles desde la inmejorable atalaya del Castillo de Santa Bárbara.

 Aunque mucho más pequeña que la anterior, también es muy conocida y visible.
C/Virgen del Socorro.

Catedrático Soler c/v a Moratín.

C/París 1 y Alemania 33. Foto de la piscina de Básico homes en Panoramio.

C/del Teatro y Bazán.

C/General Lacy 15. Este edificio fue construido en 1960 para viviendas y locales en alquiler. Al edificarse se le hizo una escalera interior de comunicación con la casa contigua (el nº 13 que hace esquina con Pintor Cabrera) levantada 11 años antes por el mismo propietario para que los dos tuvieran acceso a la piscina. Hasta hace poco disponía de una gran pérgola adjunta. Al parecer no está operativa.


C/Luis Sánchez Octavio.
La Torre Provincial inaugurada en 1960, también tuvo su piscina revestida de gresite de colores en la azotea. Pertenecía a la sala de fiestas Pigalle que ocupaba la última planta y se ampliaba en verano con una curiosa terraza con un escenario sobre el patio de ventilación de los aseos de los 12 pisos inferiores y que yo conocí cuando la sala estaba cerrada y la Caja de Ahorros Provincial iba a ocupar su espacio con nuevos (y voluminosos) equipos informáticos.
Y la música la trae Rocío Dúrcal en sus mejores tiempos. Y la canción se llama "Lástima" y Rocío le canta en bañador las cuarenta al chico del jersey de cuello vuelto, al borde de una piscina (no como éstas) en la que solo se moja la punta de la melena. Pero él cae de pleno vestido, tal cual, lo que es interpretado por los asistentes al flamenqueo como una invitación a arrojarse también al agua...
Fotos cenitales de Google Earth.

4 comentarios:

  1. Magnífico, interesante y muy original. Como siempre, vamos-

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  2. Ahí hay dos "mías", amigo Alacanti: La de Moratín y la de Paris/Alemania. Es antinatural ... al final, siempre, problemas. El agua, cuando más abajo, mejor, ya sabes, el agua tiende a buscar "qualsevol esquerda", por pequeña que sea. Las piscinas en las cubiertas ... un capricho caro de mantener y de sufrir.
    Lo de Lástima, muy apropiado.

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    1. Sí, por eso supongo que algunas de las más antiguas están sin uso. En esta entrada aparece una, pero aún hay más. Un amigo de facebook que es arquitecto me dijo también que no deberían de ponerse en zona sísmica por los empujes laterales del agua en movimiento.
      Un abrazo.

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