De cables, claro. Señorial edificio cerrado durante años y con un cartel adosado a su fachada principal que anunciaba su inminente rehabilitación a cargo de la Generalitat Valenciana (y que compartía en tiempo el abandono del edificio), por fin le llegó la hora y las obras comenzaron hace unos meses. Aquí tenemos un magnífico artículo de Alicante Vivo obra de Alfredo Campello, donde nos enseñaba el impresionante interior del palacio. Las obras continuan y como no conozco el proyecto, por lo tanto no puedo opinar sobre él (aunque seguro que queda muy bien), así que lo único que voy a hacer es recordarle a "quien corresponda" (magnífica fórmula que ya está en desuso, pero que es muy significativa), que el edificio tiene enganchados a sus nobles piedras una multitud de cables. De todas clases: telefónicos, de alumbrado e incluso de Iberdrola (los menos legales y los más "vistosos").
Fachada C/Santo Tomás. Nota: el que entra por la ventana, debe ser un cable provisional de obra.
Puede parecer el nombrar lo anteriormente dicho, una perogrullada. Pero no lo es: a continuación os pongo una serie de imágenes que nos indican que los cables invaden los edificios históricos e incluso los recién restaurados (a pesar de los esfuerzos truncados del personal municipal correspondiente por quitarlos, pero es de suponer que la culpa es como siempre de los proyectos para las restauraciones: simplemente no se tiene en cuenta este asunto) . Me consta que se está trabajando en ello (y con mucho interés), en eliminarlos, pero es que lo que más me indigna es que se diera licencia para tenderlos (porque supongo que la tendrán). Y hace muy poco tiempo.
Convento de las Monjas de la Sangre, restaurado para "La llum de les imatges"
C/Labradores junto San Nicolás
Portada de la entrada posterior a nuestro Ayuntamiento, recién restaurada.
Le pondremos música y supongo que en estos palacios harían elegantes veladas, con música adecuada e incluso bailes. Estoy por asegurar que alguna vez sonó "La danza de las horas" de Almicare Ponchielli, ballet miniatura romántico de su ópera La Gioconda, estrenada en 1876 que seguramente habréis odio alguna vez y sino, espero que os guste.
Es una pena que exista tan poca cordura, interés y algo mas en conservar nuestra historia urbana. Es lo mismo que se hace con los muebles viejos que hoy pocos los aprecian y pocos, aun menos, saben que importancia tienen en el sentir de nuestra memoria.
ResponderEliminarBuen articulo, EKK.
Pues tienes toda la razón. Ahora con el nuevo equipo en nuestro ayuntamiento que tiene una forma de pensar distinta, lo cual reafirma que no son los partidos, sino las personas en lo que nos tenemos que fijar. A ver si todo llega a buen puerto.
ResponderEliminarUna gran verdad, EKK, no son los partidos y sus intereses, a veces, algunas, las personas los hacen mejores. Ojala tengas razon.
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