VARIACIONES SOBRE EL COPÓN

A veces la cosa más insignificante te trae recuerdos de niñez. Y eso es lo que me ha pasado a mí con este copón (ignoro si en arquitectura se llama así) de piedra. Desde los 10 hasta los 17 años, estuve yendo y viniendo al Instituto Jorge Juan, subiendo y bajando esas escaleras, varias veces al día. Bueno, en realidad eso no es cierto ya que para subir al Jorge Juan, además de estas escaleras, estaba también la costereta que pasaba bajo el “danone” y que nacía en Maestro Barbieri. Y yo desde mi casa en “El barrio” hasta allí, hacía las mil y una combinaciones posibles, pasando por una calle o la otra hasta llegar al instituto y como he dicho, dos veces al día. En aquél entonces había clases mañana y tarde y sin comedor, así que a casa a comer todos los días a las 12, pero bueno: es lo que había y eso se hacía. Cargado con los libros y los deberes y tampoco había trolley, todo acarreado a mano. El caso es que escribe, se fijaba en todos los detalles del recorrido del paisaje de aquellos años, siempre he sentido curiosidad por las fachadas, los edificios, los detalles, por todo y al final allí estaba ella, la escalera más majestuosa que había (y hay) en Alicante, de grandes bloques de piedra caliza, de muros acabados en damero, con remates esféricos en los cambios de sentido, con un precioso escudo de Alicante en el centro y bajo del todo estaban ellos: los copones, uno a cada lado, presidiendo la teatral escalera...

Aquí os dejo unas variaciones del estupendo fotógrafo y amigo Diego J. Escolano, sobre mi fotografía del copón de marras, unas variaciones que bien pudieran asociarse a diversos estados de ánimo...

Naturalmente como canción relacionada y aunque no soy nada futbolero, pues esta "Copa de la vida" de Ricky Martín, que fue marchosa sintonía del Mundial de 1998.

Mi agradecimiento a Diego J. Escolano por su trabajo.

Y además le han salido "hijuelas", esta vez manufacturadas por Alfredo Campello: